La 22, asaltante de gasolinerías

gaasolinasoPor Horacio Corro Espinosa

Hay mucha gente que cree que el robo de combustible y aditivos que hicieron los maestros de la Sección 22, en algunas gasolinerías de la ciudad de Oaxaca, es encomiable.

Otros tantos, se gozaron porque fueron beneficiados ante el bondadoso corazón de los rateros que les ofrecían gasolina y diesel sin ningún costo a todo aquel que se acercara.

Ante el robo evidente, ni la Secretaría de Seguridad Pública estatal ni la Comandancia de Policía del Ayuntamiento de la ciudad de Oaxaca, intervinieron ante los hechos.

Así es su berrinche de los maestros para exigir que el Congreso local apruebe la iniciativa de Ley Estatal de Educación que ellos se inventaron y que entregaron al Gobernador Gabino Cué.

En verdad, aunque los dirigentes de la Sección 22, digan que hacen lo que hacen por el bien del pueblo, es una auténtica mentira. Del Sindicato Nacional de Trabajares de la Educación (SNTE), no puede salir nada bueno. La mayoría de los integrantes no saben lo que es lealtad, lo que es tener legítima pasión y humanidad por Oaxaca, ya nos lo han demostrado muchas veces.

Todos los que han ido a aplastarse al zócalo de la ciudad de Oaxaca, no saben lo que es la dignidad ni lo que es la vergüenza.

Muchos de ellos, a pesar de su actuar, no tienen antecedentes penales, sin embargo, están registrados fotográficamente porque han sido protagonistas de los escándalos más sonados en el país. Sobre estas muestras, las autoridades  de seguridad en la entidad los protegen y los toleran.

Como oaxaqueño, me avergüenza imaginar que el resto del país nos juzgue a los que tratamos de vivir en paz en esta entidad, como parásitos sin sentido alguno porque no reaccionamos ante lo que pasa.

Lo que sucedió ayer en las gasolinerías por parte de los de la 22, con la participación de varios ciudadanos, se vio que ya penetró la porquería a la vida de muchos oaxaqueños. Está bien creerse eso que dice el comercial, que el petróleo es de los mexicanos, pero abusaron. Se metieron a unos lugares particulares a robar.

Con esto se demuestra que la inmundicia ya penetró, como si fuera salitre, a  algunos oaxaqueños. Ojalá no se contagie toda la sociedad.

Aunque los maestros se hayan sentido los Chucho el roto o los Robin Hood, en realidad alarma su postura, pues la gente fácilmente se entrega a quien le dé aunque no sea de él. Ayer, los mentores se dieron cuenta que con el robo, convencerán a la gente y se harán los únicos y verdaderos dueños del poder en Oaxaca. En verdad, fue un espectáculo deshonroso. Es la indecencia misma.

No entiendo cómo se atreven estos personajes a dejarse llamar “maestros”, cuando su misma presencia los denigra. Pero ni modo, así son, así luchan. A veces se alquilan con uno y otro político al mismo tiempo para salir a la calle con un contrato en la mano que les permite destruir edificios u oficinas de políticos priístas.

Son unos abusivos porque utilizan el nombre del oaxaqueño dizque para beneficiarlo, pero no tienen la menor autoridad moral. Lo único que tienen es su fama pública nacional de que son traidores, oportunistas, revoltosos e incultos.

El bien para Oaxaca, llegará cuando los ciudadanos nos unamos todos y demostremos al ejecutivo federal, que vivimos en una entidad sin autoridad.

 

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horaciocorro@yahoo.com.mx

 

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