Un supuesto secuestro

secuestros

 

 

 

 

 

 

 

Por Horacio Corro Espinosa

Para el 23 de mayo

La corrupción, el fraude, la estafa son prácticas muy antiguas para conseguir beneficios personales. Quien hace este tipo de robos tiene que tener ciertas características, principalmente, inteligencia y creatividad, de otra manera no se le prendería el foco para realizar su fechoría. Estos defraudadores se las ingenian para engañar a un tercero a través de abusar de la confianza y simular, todavía, que es el personaje de todas las seguridades.

Estos delincuentes, con tal de conseguir su beneficio personal a través de la transa, son capaces de manipular, falsificar o alterar documentos.

Ahorita que les estoy platicando de esto, la verdad, se me dificulta mucho encontrar ejemplos de lo que se puede hacer para cometer un fraude. Pero se me ocurre, por ejemplo: la relación de pagos de sueldos a personal que no trabaja; la anulación de facturas que han sido cobradas. La doble facturación. Sueldos pagados a personas que no existen, etcétera. Supongo que puede haber muchos otros ejemplos pero mi cabeza ya no me permite hacer más suposiciones.

Afortunadamente este tipo de prácticas son consideradas como delito.

Ayer me tocó ver parte de la detención de un sujeto de estas características. Yo estaba en un banco que está muy cerca de Ciudad Administrativa, cuando vi llegar un carro rojo de donde bajo un hombre de doble pechuga y alto. Al rato, volví a ver hacia la carretera, cuando el policía de este banco salió velozmente para prestar ayuda al hombre que había descendido de su vehículo minutos antes, y quien pedía auxilio porque lo querían secuestrar.

Como si a mí me hubieran pedido apoyo, me fui tras el policía. Aunque hay que decir que a veces tengo que pensar con las patas, pues éstas no me permitieron acercarme tanto a la escena, pues no fuera ser que el chamo, sacara a relucir armas. El policía del banco solicitó apoyo porque según, el hombre del carro rojo, decía que lo querían secuestrar. Casi inmediatamente hicieron su aparición los policías estatales. Pero dentro de los que pretendían llevar a cabo el supuesto “secuestro”, había un hombre que se acercó a los uniformados a quienes les mostró una orden de aprehensión en contra del Ingeniero Ulises Ambrosio Díaz Martínez, presidente de la empresa Conelecman S.A. de C.V., o sea, el hombre del carro rojo.

Más tarde tuve oportunidad de platicar con el abogado que llevaba la orden de aprehensión, quien me dijo que a este hombre se le buscaba desde hace varios años, y se le había encontrado por una obra de la Secretaría de las Infraestructuras (SINFRA) y que está realizando por Ciudad Judicial.

También me enteré que este hombre es una ficha, está boletinado por la Comisión Federal de Electricidad, ya que tiene infinidad de obras inconclusas en gran parte de Valles centrales.

Ojalá que todas las autoridades municipales y todas las empresas constructoras defraudadas por este hombre, el Ingeniero Ulises Ambrosio Díaz Martínez, acudan a denunciarlo.

 

Twitter:@horaciocorro

horaciocorro@yahoo.com.mx

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