Educa a tu hijo según su forma de ser

Crecer

Este niño es un rabo de lagartija desde que nació”, dice una madre entre suspiros. “Mi niña siempre ha sido muy tímida”, afirma otra. Quizá veas a tu hijo reflejado en una de estas frases, o puede que desde bebé haya sido tranquilo, o alegre, o llorón…

Y quizá pienses que nada de lo que tú hagas cambiará ese modo de ser. Pero no es cierto. Al niño nervioso se le puede educar para que canalice mejor su actividad; el tímido puede aprender a sentirse más a gusto en las relaciones… Y tú tendrás mucho que ver en ello.

Una forma de ser
Para que nos entendamos: cada niño nace con una forma innata de ser (el temperamento) que está influida por los genes de sus progenitores, de sus antepasados…

Sin embargo, a medida que crece la relación que sus padres establecen con él, su forma de tratarle, el entorno en el que se mueve y el contacto con otras personas van influyendo, y mucho, en cómo será, es decir, en su carácter.

En otras palabras: el factor hereditario estará presente en la vida de tu hijo, pero tus directrices educativas pueden neutralizar, atenuar o ampliar muchas de sus conductas y formas de reaccionar.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Back to top button