“No veo ninguna forma nueva de arte”: Friedeberg

México

Zona Maco, considerada por sus organizadores como la feria de arte contemporáneo más importante de América Latina, presentará la pieza más reciente de Pedro Friedeberg (Florencia, Italia, 1936).

En entrevista, uno de los sobrevivientes del movimiento artístico Los Hartos, creado en 1961 por Mathias Goeritz, aseguró que Euclides el perro, figura elaborada en colaboración con la firma TANE, es “una pieza de arte popular, pero hecha para un millonario”.

La escultura, que forma parte de la colección arte-objeto de la empresa fundada en México por expatriados europeos, será expuesta del 3 al 7 de febrero en el Centro Banamex, en la sección de Diseño, curada por Cecilia León de la Barra.

Rodeado de cientos de piezas con formas surrealistas, libros y cuadros, Friedeberg explicó que participó en esta colaboración porque lo invitaron, pero reconoce que la pieza, que estará a la venta por 325 mil pesos en Zona Maco, “no es arte: es artesanía de muy alta clase”.

pieza-venta-mil-pesos_MILIMA20160129_0025_1La pieza, elaborada en plata .925 y rutenio, está inspirada en una artesanía mexicana que Friedeberg encontró en un pueblo de Michoacán en los años setenta: “El primer perro lo encontré en Ocumicho, Michoacán, donde hacen unas piezas terribles, como perros atropellados o que se les salen las tripas. Yo iba cada año a ver qué se les había ocurrido, y tenía toda una colección; pero esas piezas se rompían muy rápido porque eran de un barro muy corriente”.

El nombre de la pieza proviene de Euclides, matemático griego reconocido como padre de la geometría, disciplina que siempre ha llamado la atención y ha causado fascinación en el artista plástico, quien describe su pieza no como un perro euclidiano sino como un conjunto: canino, anatómico humano y mineral.

Mientras jugueteaba con Euclides rodeando el cuello del perro plateado con un listón, Friedeberg dijo que su amor por los cánidos lo llevó a realizar esta figura que mide 37. 2 centímetros de cabeza a cola, 23. 6 de alto y 14.7 de ancho.

El artista, que llegó a México cuando tenía tres años, expresó su tristeza por la decadencia de algunas ciudades en donde antes se producía plata genuinamente mexicana: “No quiero decir el nombre porque antes era un lugar precioso donde se hacía la plata, y ahora es un lugar muy ramplón. Se ha vuelto sobreturistificado y vulgar”.

Recalentado

Sobre Zona Maco como plataforma para el arte contemporáneo, Friedeberg opina: “No veo ninguna forma nueva de arte. Veo que ya todo se hizo y todo es como un recalentado, pero seguramente hay cosas nuevas para gente joven que no conoce muy bien el arte, algo que yo ya vi cien veces y ellos lo ven por primera ocasión como algo nuevo”.

“La escena artística está muy pobre, ya nadie quiere trabajar. Marcel Duchamp y Andy Warhol dieron un muy mal ejemplo de que hay que trabajar lo menos posible para hacerlo más elegante. Entonces ya nadie hace nada, mejor toman una foto y dicen que es arte y una foto es un arte muy incompleto”.

Friedeberg considera que el arte ha perdido sentido y supone que esto se debe a que actualmente los artistas están aburridos, desgastados y deprimidos. “Pero yo no. Yo solo hago cosas que me divierten, porque odio el arte solemne; no quiero decir nombres, pero hay gente que se cree muy profunda, que hace películas
muy tremendistas, y eso a mí me parece absurdo, ridículo, exagerado y patético. En mi obra busco reflejar el humor y la belleza, porque la belleza está muy fuera de moda, ahora la belleza es considerada vulgar o elitista”.

El creador de la famosa mano-silla, elaborada en 1962, manifestó que lo que sucede en la mente del artista cuando crea es un misterio, porque “el arte no se pregunta por qué: el arte se hace y ya. Es lo que caiga al momento. Si uno se empieza a preguntar por qué se vuelve un cosa práctica, pragmática y aburrida. El arte es precisamente el quién sabe por qué”.

Formas excéntricas

Friedeberg estudió arquitectura en la Universidad Iberoamericana, pero su interés por formas más excéntricas lo llevaron a abandonar la carrera. Su trabajo llamó la atención de Mathias Goeritz, por lo que lo tomó como su discípulo y lo invitó a colaborar en algunos proyectos artísticos.

El también diseñador se relacionó con importantes artistas surrealistas mexicanos del siglo XX, como Gunther Gerzso, Leonora Carrington, Remedios Varo, Alice Rahon, Kati Horna y Paul Antragne, integrantes del grupo Los Hartos, que se caracterizaban por sus ideas irreverentes.

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